Jesús me dijo: “Habla de mi
Misericordia”… que podría decir yo, una persona que no es digna de tanto Amor? Este
es el Amor de Dios manifestado en Su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que
a pesar de que no merecemos nada por nuestra maldad, Jesús nos salva.
La Misericordia de Jesús no tiene
diferencia a la del Padre Altísimo, pues acorde a lo que Él dijo: “El Padre y
Yo uno somos…” (Juan 10:30) Dios es Trino y uno, por lo tanto Su Misericordia
es Trina y una… no hay diferentes misericordias, solo Su Misericordia Divina.
La Misericordia Divina proviene
de Dios y Dios es Amor (1 Juan 4:8), si creemos esto y esa es la fe, podemos
decir que Su Misericordia proviene del Amor, así como la Justicia, son como
hermanas gemelas, una NO puede ir sin la otra, ninguna actúa sin la otra. Su
Misericordia es solo el accionar del Amor, es Su Mano derecha que te salva y Su
Justicia la izquierda que te guarda.
No hay Misericordia sin Justicia,
ni Justicia sin Misericordia, las dos actúan en balance por la Voluntad de Dios;
lamentablemente hoy por hoy vivimos en un momento de mi Iglesia Católica que
todo es misericordia sin justicia, cosa que alegra al mundo ya que no nos exige
a cambiar.
La Misericordia de Jesús viene a
Su tiempo debido y lo mismo pasa con Su Justicia, es una armonía de balance que
solo a la persona afectada, por ese destello de Poder, lo afecta… Solo el
tiempo es lo único que cabe entre ambas pues Dios sabe cuándo todo debe pasar.
Una persona que comete males
durante su vida, sin reparar el daño causado, sin arrepentirse de nada y sin
Dios encontrará la Justicia Divina y la Misericordia actuará a favor
de aquellos que la maldad de dicha persona afectó.
Muchos piden Misericordia pero
deben saber que cuando la piden, están pidiendo también Su Justicia y viceversa, El Amor de
Jesús tiene ilimitado poder en gracias y bendiciones, que se desplegaan
buscando Su Justicia reparar el daño hecho por el arrepentido en su momento y así como el oro pasa por el fuego, pasaremos ese proceso y al final
saliendo refinados.
Por esos necesitamos sacerdotes
santos que deseen enseñar la Verdad como es… si un sacerdote le dice a un
ladrón que se va a confesar (ladrón que se robó 1 millón de dólares) y este le da la absolución
sin decirle que debe devolver el dinero robado, es tan ladrón como esa persona.
Políticos que actúan como Robin Hood,
robándole al pueblo, pero dándoles migajas aquí y allá del dinero robado en
acciones sociales, es lo que más se ve, les pica la conciencia van a confesarse
y el sacerdote no les dice la verdad, obtienen la Eucaristía y se condenan los
dos.
Jesús te ama y te salva, tu
arrepentimiento te acerca pero debes CAMBIAR y reparar el daño hecho y eso es
lo que hoy por hoy NO se predica, lo que se predica es estar alegres todo el
tiempo, alegres como teletubbies y dejar al hermanito persistir en su maldad
porque hay que “tolerar” y dizque valorar a la persona como es, una mentalidad de no juzgar cuando Dios
dice lo contrario:
“El hombre espiritual lo juzga todo” 1 Cor 2:15
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” Juan
7:24
Jesús nos ama y solo Él salva… Jesús desea que vengas arrepentido con un corazón deseoso de amarle y confiar en Él… Jesús está deseoso de secar las lagrimas de tus mejillas como dice Apocalipsis, los sacerdotes le quitan esta exclusividad a Dios, predicando que estemos felices todo el tiempo cuando hasta El mismo Dios lloró.
Hay un tiempo para todo bajo el cielo según Su Santa palabra, para reír, para llorar, para todo... para buscar, para saber y para oír, por eso, oye hoy lo que te digo amigo mio.
Si pides Su Misericordia, debes saber qué pides también Su Justicia, por lo tanto busca reparar el daño hecho, porque aquellos que tu dañaste tarde o temprano pedirán Justicia y Él no la negará.
En buen dominicano… “ponte alante”,
busca Su Misericordia con un corazón arrepentido, deseoso de reparar el daño,
pero aún más deseoso de cambiar confiando en Él.
Sufrir un poquito aquí y allá por
amor a Él, todo en honor a saciar Su Justicia Divina nos pulirá y seremos
mejores, siempre busca Su Misericordia sin miedos recordando que Él te ama y
que solo desea tu bien... y esa es la dulce verdad sobre la Misericordia de Jesús, aleluya.
Que Dios te bendiga, te molde y te haga suyo. Amén